Eran las cinco de la tarde y nadie llegaba, Solo daba vueltas de un lado para otro; de pronto ve un mercedes rojo; el mismo coche que se llevó a su hijo. El secuestrador subía a su casa con un maletín y la mujer le dio todo el dinero que tenía en su cuenta de ahorro; entonces ambos bajaron para entregarle al niño.
Una vez los tres , el secuestrador dejó el maletín en el suelo y apuntaba a la mujer y al niño para matarlos. La mujer hábilmente cogió el maletín y le dio con una esquina del maletín en el ojo. La mujer cogió al niño en brazos y salieron corriendo
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